abril 27, 2024

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¿Los niños deberían llevar lentillas?

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Probablemente, mucha gente piensa que las gafas son el mejor método de corrección visual para los niños, pero, aunque sea el más utilizado, no es el más idóneo en todos los casos. Existen otras alternativas que les aportan más libertad a la hora de desarrollar sus actividades y que, además, contribuyen a frenar el desarrollo de la miopía, una patología visual que ya sufren 6 de cada 10 niños en España.

¿Pueden usar los niños lentes de contacto?

Según conclusiones extraídas del estudio “Contact Lenses in Pediatrics (CLIP)“, elaborado por el Colegio de Optometría de Ohio, la Facultad de Optometría de Nueva Inglaterra y la Escuela de optometría de la Universidad de Houston, los menores entre 8 y 12 años necesitan apenas 10 minutos más para saber cómo colocar y extraer sus lentes correctamente. Si bien es cierto que no es el tratamiento más habitual recomendado, el informe pone de manifiesto que los niños son capaces de adaptarse a las lentillas de forma muy similar a la de los adolescentes o adultos.

La mayoría de los padres se preguntan: “¿Con cuántos años se puede empezar a utilizar las lentillas?” Si de lo que se habla es de la anatomía del ojo, los expertos en salud visual afirman que desde de los 6-8 años las niñas y los niños ya pueden tolerar las lentes de contacto, pero además de la edad, hay que considerar otros aspectos igual de importantes como el carácter o el estilo de vida de cada niño. Por este motivo, es muy importante estudiar cada caso de manera individual.

Por otro lado, en un cuestionario sobre el estilo de vida realizado tras el informe CLIP, los padres otorgaron una alta calificación a las lentes de contacto como opción para corregir los defectos refractivos, así como a la capacidad de sus hijos para usar y cuidar de manera responsable de las lentillas.

Teniendo en cuenta esta información, la siguiente pregunta que habría que responder es: “¿Está mi hijo preparado para llevar lentillas?”. Tal y como se ha comentado, más que la edad, es una cuestión de personalidad. En muchos casos, si es necesario adaptar Orto K para las niñas y niños más pequeños, se puede enseñar a los padres y que sean ellos los que inserten y quiten las lentes, ya que esta solución permite hacerlo siempre en casa y, de esta manera, el control de los padres es mucho más sencillo, como pasa con los aparatos dentales de uso nocturno. Por norma general, si un niño acepta la responsabilidad de forma voluntaria, es disciplinado con sus rutinas y cumple con las normas básicas de higiene personal sin necesidad de recordárselas a diario, es con seguridad un candidato adecuado para llevar lentes de contacto. 

Lentillas Orto K: la alternativa para frenar el avance de la miopía

La ortoqueratología o lentes Orto K, que está ganando el favor de miles de padres de niños miopes, sustituye el uso de gafas o lentillas y, además, es un eficaz método de control de la miopía, que consigue ralentizar su aumento en un 32–63%. Aunque se tiende a pensar que es una condición del desarrollo, realmente la miopía infantil es una enfermedad que puede controlarse si se le pone remedio en edades tempranas. Y, aunque las gafas y las lentillas sirven para corregirla, no tienen ningún efecto preventivo ni tampoco detiene la progresión de la misma. Las lentes Orto K, en cambio, sí. Al utilizarse durante el sueño, hacen que la capa más externa del ojo se adapte suavemente a la forma de la lente. Este cambio de curvatura que se produce en el ojo apenas es perceptible, no causa ninguna molestia y, sin embargo, es suficiente para que tras horas de sueño el ojo se haya adaptado perfectamente. De esta manera, permite que durante todo el día un niño pueda tener una visión totalmente normal, a la vez que previene el aumento de su miopía.

Elizabeth Kao, autora del blog Motherkao, es una de esas madres que decidió optar por las lentes Orto K para cuidar la salud visual de su hijo de 8 años. “Cuando me enteré de que existía este método y que podría haber sido mi solución para ver bien de niña, me hizo «gritar» a mi madre”, relata en su blog. “Mamá, si te hubieras enterado de esto, yo habría vivido mucho mejor. No estaba segura de si esta era una buena solución para mi hijo, porque le encanta frotarse los ojos. O si sería una molestia a la hora de despertarse para un niño que se prepara en tan solo cinco minutos para ir al colegio. Hasta que hablé con tres de mis primos que la venían usando desde hace 20 años y me contaron cómo les había liberado, haciendo su vida más fácil y controlando su miopía durante todos estos años”.

Según la Asociación de Optometristas, la ortoqueratología es el medio no invasivo más indicado para desacelerar la progresión de la miopía y otros defectos visuales en niños en edad escolar. La razón es que, cuando se aplica este tipo de tratamiento en un ojo aún en desarrollo, el desenfoque periférico que genera el moldeo disminuye el estímulo para el crecimiento axial del ojo que conlleva el aumento de la miopía. Es decir, con el uso de lentes Orto K, se puede llegar a corregir o reducir el aumento de la miopía. En el caso de la hipermetropía, puede corregir entre 0,5 y 4 dioptrías en adultos.

Algunos consejos para los padres de niños que ya usan lentillas

Desde Avanlens, centro especializado en contactología avanzada, recomiendan comprobar que las manos estén siempre limpias antes de la manipulación, pensar en qué es lo mejor para los niños, sin dejarse condicionar por los miedos y prevenirles de las consecuencias que un mal uso de las lentillas, como por ejemplo llevarlas en la piscina o en la playa, puede tener para ellos. En el caso de las lentes Orto K, estos riesgos no existen, ya que solo se utilizan durante las horas de sueño.

Las lentes Orto K resultan un método muy cómodo para disfrutar en libertad de cualquier movimiento o actividad. Además, evitan los problemas estéticos, las pérdidas y también las roturas, muy típicas en edades tempranas. Están recomendadas a partir de los seis años.

Para especialidades contactológicas como Orto K, lentes esclerales o queratocono es importante acudir a expertos cualificados. Los interesados que vivan en la capital o en otras ciudades próximas a ella como Toledo, Segovia, Valladolid o Salamanca pueden llamar a Avanlens Centro de Contactología Avanzada y solicitar su cita sin compromiso.