Dos de cada tres españoles sufren ansiedad al pedir un crédito; la educación financiera, la asignatura pendiente
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En el Día Mundial de la Educación Financiera, la situación en España refleja hasta qué punto la falta de conocimientos básicos en esta materia tiene un impacto directo en la vida cotidiana y en el bienestar emocional de la población. Según el informe “El Peso de la Deuda”, elaborado por BRAVO, compañía experta en gestión de deudas, dos de cada tres ciudadanos reconoce sufrir ansiedad, preocupación o incluso insomnio al solicitar un crédito, y casi la mitad nunca ha elaborado un presupuesto personal o familiar.
El recurso a la deuda es una práctica extendida: el 74% los españoles ha recurrido en algún momento a financiación personal. Sin embargo, la falta de información y planificación convierte esa herramienta en un riesgo. La mitad de quienes contratan un crédito no revisa las condiciones previamente, y uno de cada cuatro afirma haber tenido dificultades para devolverlo. Además, el 36% identifica la ausencia de un presupuesto como una de las causas de su endeudamiento.
El informe también evidencia la estrecha relación entre salud financiera y salud mental. Un 33% teme caer en impagos o sobreendeudamiento, mientras que el 80?mite que gastar por encima de sus posibilidades le genera preocupación constante. Para un 82%, el estado de sus finanzas influye incluso en su motivación diaria para realizar actividades, aunque no impliquen un gasto económico.
La educación financiera, sin embargo, sigue siendo una asignatura pendiente. Uno de cada cinco españoles considera que la falta de información es el principal obstáculo para mejorar la gestión de su dinero. “La educación financiera debe dejar de ser un privilegio y convertirse en un derecho básico. No se trata solo de aprender a gestionar el dinero, sino de garantizar estabilidad, salud emocional y calidad de vida a las personas”, señala Cristina Cervantes, Country Manager de BRAVO en España y Portugal.
En este Día Mundial, BRAVO insiste en la necesidad de incluir la enseñanza de conceptos financieros básicos tanto en el sistema educativo como en la formación de adultos. Una medida que, subraya el informe, no solo ayudaría a prevenir problemas económicos, sino que también contribuiría a mejorar el bienestar emocional y la calidad de vida de los ciudadanos.