Crece la preocupación por los impagos en España; el 40% de las pymes admite tener facturas pendientes
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La situación de los impagos continúa generando incertidumbre entre los pequeños y medianos negocios en España. Cobratis, empresa especializada en la recuperación de deuda y gestión de facturas impagadas, señala que cuatro de cada diez pymes reconocen tener facturas pendientes de cobro. Este dato refleja una tendencia que impacta en la estabilidad financiera de miles de compañías y que, de no resolverse, puede comprometer la liquidez necesaria para mantener la actividad diaria.
La falta de cobro puntual afecta tanto a proveedores como a trabajadores y genera un efecto dominó en la economía. Las facturas impagadas dificultan la planificación de inversiones y frenan la capacidad de crecimiento empresarial. Además, la deuda acumulada se convierte en una barrera para acceder a nuevas líneas de crédito, dejando a las pymes en una posición vulnerable frente a periodos de inestabilidad económica.
Un fenómeno en aumento entre pymes y autónomos
En los últimos años, se ha observado un incremento sostenido en los expedientes relacionados con facturas impagadas. Según los análisis realizados por Cobratis, las reclamaciones no solo afectan a pymes, sino también a profesionales autónomos y comunidades de propietarios. El impacto se extiende a múltiples sectores, desde el comercio minorista hasta los servicios tecnológicos, donde la morosidad interfiere directamente en la capacidad de prestar un servicio continuo y de calidad.
La deuda empresarial no solo implica una pérdida económica inmediata. También genera un desgaste administrativo al tener que destinar recursos internos a reclamaciones, seguimientos y procesos judiciales. En este escenario, las soluciones especializadas ofrecen una vía más rápida y eficiente para recuperar los importes pendientes sin desviar esfuerzos del núcleo de negocio.
La digitalización como respuesta a los impagos
Ante este panorama, plataformas digitales como la de Cobratis permiten iniciar un proceso de reclamación en cuestión de horas, con cobertura en todo el territorio nacional. La tecnología se ha convertido en una aliada clave para combatir la morosidad, reduciendo tiempos y ofreciendo mayor transparencia a las empresas afectadas.
Este enfoque digital responde a una necesidad creciente: disponer de mecanismos ágiles que faciliten la recuperación de deuda sin costes desproporcionados. De esta forma, pymes y autónomos cuentan con una herramienta eficaz que protege su liquidez y asegura la continuidad de sus operaciones.
El aumento de facturas impagadas en España es ya una preocupación generalizada. La profesionalización en la gestión de la deuda y el uso de soluciones tecnológicas aparecen como la mejor vía para frenar este fenómeno que amenaza la estabilidad de gran parte del tejido empresarial.