Un Congreso Internacional ha analizado en Pastrana la figura de Fray Pedro González de Mendoza
7 min readLos días 7 y 8 de octubre se ha celebrado en la Villa Ducal de Pastrana, un Congreso sobre la figura de Fray Pedro González de Mendoza (1571-1639), convocado a propósito del 450 aniversario de su nacimiento. La historiografía ha debatido ampliamente en torno a las fechas, concretamente sobre si vino al mundo en 1570 en Pastrana, o bien en 1571, en Madrid, algo que se ha resuelto cuando se encontró la partida de bautismo, verificada por el profesor Trevor J. Dadson, premio princesa de Éboli a título póstumo en 2021.
Continúa así el esfuerzo del Ayuntamiento de Pastrana, en colaboración con diferentes instituciones, para favorecer el estudio de la historia de la villa ducal y de los personajes que la conformaron.
Para el alcalde de Pastrana, Luis Fernando Abril, “la historia de Pastrana, de sus personajes, sus leyendas, en combinación con su monumentalidad, arquitectura y tesoros artísticos, es la llave del futuro”. Por eso, “consideramos una necesidad ahondar en las figuras que hicieron de Pastrana lo que es hoy, a la que el Ayuntamiento contribuye en todo lo posible”, añade. En este sentido, el regidor pastranero se congratula de “contar con historiadores de la talla de Esther Alegre Carvajal o Ciriaco Morón, cuyos conocimientos sobre Pastrana solo son superados por el amor que sienten por su tierra. Con ellos, la investigación histórica sobre Pastrana está en las mejores manos”.
Al igual que el resto, el personaje de Fray Pedro González de Mendoza también merecía y reclamaba un congreso, por su vida, su obra intelectual y espiritual o por su patronazgo artístico, arquitectónico y musical. Así lo indicaba Fernando Marías, catedrático de Historia en la Universidad Autónoma de Madrid, en la conferencia inaugural del evento. “Fray Pedro de Mendoza, franciscano observante, y con una multitud de cargos eclesiásticos, pero también de carácter político como miembro del consejo de Felipe III, es una de las figura más interesantes del cambio del XVI al XVII por familia, por cargos, por su actividad cultural y religiosa, a la que tendríamos que añadir su activismo arquitectónico y artístico”, señaló. Sin embargo, y de ahí también la oportunidad del Congreso según señalaba el profesor, “a pesar de que lo conocemos suficientemente bien, en muchos campos se nos escurre entre los dedos”. Debido a que no se sabe demasiado sobre su carácter, “su figura, en parte huidiza, merece que se celebre este Congreso para profundizar en su figura y alentar a que la investigación continúe”, añadió. Por eso, Marías presentó el mosaico global del personaje, con sus luces y sombras, con sus contradicciones, y sus participaciones en el ambiente no tanto cultural, sino de su cultura propia, que se refleja en el texto de la gran fundación, hoy desparecida, del convento de Monte Celia y en sus intervenciones como mentor de muchos de sus productos arquitectónicos y artísticos. Marías sustentó la hipótesis de las intervenciones no profesionales de Fray Pedro, pero muy importantes, como la cabeza que guía la mano de los artistas, en algunos de sus proyectos.
Hijo de los príncipes de Éboli, los primeros duques de Pastrana, fue educado por su abuela, la madre de la princesa de Éboli, aspecto éste en el que es necesario continuar la investigación histórica. Fue destinado a la Iglesia. Se ordenó como franciscano y se formó en el Monasterio de La Salceda, el principal en el entorno castellano de la época, en el que también lo había hecho, poco antes, el Cardenal Cisneros. Continuó sus estudios en Alcalá de Henares, para emprender luego una exitosa carrera eclesiástica como arzobispo de Granada, de Zaragoza y, por último, como obispo de Sigüenza. Y bien pudo haber llegado a ser cardenal. Sobre las razones que se lo impidieron, aún hoy hay mucho que investigar, siendo este otro aspecto que también se ha abordado en el Congreso, de manera colateral, en diferentes ponencias. “Estamos ante un intelectual de hondo calado. Un hombre que escribe, aunque realmente sólo conozcamos un libro suyo. Sin embargo, cuenta con un epistolario personal y pastoral maravilloso, que a buen seguro irá creciendo a medida que avance la investigación sobre su figura”, señala Esther Alegre, directora del Congreso.
Fray Pedro González de Mendoza hizo una defensa ideológica de temas fundamentales en la época, como la expulsión de los moriscos, o el dogma de la Inmaculada Concepción, que ahora pueden parecer anecdóticos, pero que en su época marcaron la política de la monarquía. “Elaborar un concepto intelectual en torno a estos temas era necesario, además de reconocer, también, la labor de Fray Pedro González de Mendoza como patrono de las artes y de las músicas, puesto que en todos los lugares donde estuvo, dejó huella en este sentido”, añade la directora del Congreso.
El Congreso, después de la conferencia inaugural, se articuló en tres mesas de análisis. En la primera, bajo el título ‘Imágenes y contextos de la familia Silva-Mendoza’ y pese a que no ha habido una conferencia con los príncipes de Éboli como protagonistas, sí las hubo destinadas a figuras que acompañaron a Fray Pedro a lo largo del tiempo, como su hermano, el Conde de Salinas, o Ruy Gómez de Silva, el III duque de Pastrana. “Hemos querido recorrer ese contexto familiar que para él fue fundamental, puesto que siempre hizo una continua exaltación de su linaje, Silva-Mendoza”, señala Alegre.
Precisamente a analizar la figura del III Duque de Pastrana dedicó su conferencia David García Cueto, jefe departamento de pintura italiana y francesa hasta 1800 del Museo Nacional del Prado. “Mi aportación al Congreso ha sido considerar la acción que el sobrino de Fray Pedro González de Mendoza, el III Duque de Pastrana, Ruy Gómez de Silva, ejerció en Roma como embajador del rey Felipe IV, entre los años 1623 y 1626. He propuesto una serie de reflexiones acerca de cómo la experiencia romana de este embajador de la casa de Pastrana pudo influir en las iniciativas que Fray Pedro llevó a cabo en la provincia de Guadalajara, en el desparecido Monasterio de la Salceda, o aquí, en la Colegiata de Pastrana, en el Colegio de San Buenaventura o en el Convento de las Monjas Concepcionistas”, señala.
Para Vanessa de Cruz, historiadora y profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha, otra de las ponentes de esta mesa de análisis, la de Fray Pedro González de Mendoza es “una figura importantísima, de la que faltan muchos detalles por descubrir, de su acción religiosa, pero también política y cultural”. Vanesa se ocupó de Fray Pedro González de Mendoza y las mujeres de la corte, analizando, fundamentalmente, su infancia y los primeros años, la relación con su madre, Ana de Mendoza, princesa de Éboli, y después con dos mujeres que influyeron en su vida, la emperatriz Maria de Austria, hermana de Felipe II y la hija de la emperatriz, la archiduquesa sor Margarita de la Cruz, que tomó hábitos en Las Descalzas. Cuando falleció su madre, encarcelada en Pastrana, fueron estas mujeres quienes tomaron el relevo de impulsar la carrera de Fray Pedro, dentro de la Orden Franciscana y de la Corte madrileña.
La segunda mesa de análisis se dedicó a su obra espiritual e intelectual del personaje. En el siglo XVII, la espiritualidad no era algo personal, sino un posicionamiento ante el mundo. Acababa de producirse la Reforma, el Concilio de Trento, la reconstitución de la Iglesia Católica, y Fray Pedro entendió muy bien el contexto y el posicionamiento.
La tercera y última mesa de análisis fue el mecenazgo artístico, centrado en Pastrana. Pastrana fue la obra más completa de Fray Pedro González de Mendoza, por ser la que realizó en último lugar. “Verdaderamente es donde estamos, y de esta manera le damos continuidad a la labor que estamos haciendo todos estos años por entender la Casa Ducal en su propio contexto”, señaló Alegre. En este sentido, en el Congreso se ha analizado el legado del personaje en Pastrana, en la Colegiata, en el Colegio de san Buenaventura, la música que él encargó y toda su labor de mecenazgo.
Carlos Martinez Gil, historiador y musicólogo, impartió una interesante conferencia sobre la música que se hizo en tiempo del Fray Pedro, como obispo de Sigüenza. Martínez Gil habló sobre los libros de música que se conservan en el Archivo Parroquial de Pastrana, y que son un pequeño, pero muy interesante, compendio de música de la primera mitad del XVII. El musicólogo inició su carrera como investigador precisamente en Pastrana, e hizo el catálogo de estos fondos musicales, y, desde su profundo conocimiento destaca “varios volúmenes que se conservan aquí, pero sobre todo dos autóctonos, uno de ellos obra de Pedro Fernández Buch, maestro de capilla de la catedral de Sigüenza en tiempo de Fray Pedro González de Mendoza y otro libro anónimo, que entiendo puede ser obra de Gabriel Fernández, maestro de capilla de la Colegiata entre 1575 y 1623”.
El planteamiento inicial del Congreso es de hace dos años, pero la pandemia lo ha ido retrasando, si bien la confirmación de la fecha de nacimiento del personaje lo ha hecho especialmente oportuno. El plantel de ponentes seleccionado por el comité organizador, dirigido por Esther Alegre, con el apoyo de Macarena Moralejo (UCM) y de David García Cueto, corresponde con investigadores que en la actualidad o a lo largo de su trayectoria han hecho acercamientos a la figura de Pedro González de Mendoza. “Nuestra intención ha sido la de reunir buena parte de la investigación hecha hasta ahora, pero que, de alguna manera, estaba individualizada, para conformar un foro de debate amplio que tendrá una segunda parte con la publicación de las conclusiones”, termina Alegre.