Suecia, un caso de éxito en la reducción del tabaquismo

La mortalidad de enfermedades asociadas a este hábito se ha reducido casi un 40% en el país nórdico.

Madrid, 2 de abril de 2025.– El tabaco persiste como la sustancia más adictiva, tras el alcohol. En España fuman regularmente más de 11 millones de personas y supone una de las causas principales de enfermedades crónicas y muertes evitables a nivel mundial.

El tabaquismo es un problema global con efectos notorios en la salud pública, dado que está asociado a más de 30 patologías. La tasa de inicio en el consumo de tabaco ha variado con el paso de los años hacia edades más tempranas, actualmente en torno a los 16 años.

Entre los países de Europa, Suecia se ha posicionado en un modelo idóneo mostrando reducciones significativas en las tasas de tabaquismo al 5%, gracias a un modelo de políticas públicas del que deberían mirarse otros países, entre ellos España. Suecia ha reducido la incidencia del cáncer en un 41% y la mortalidad por enfermedades relacionadas con el tabaco en casi un 40%. En estas cifras ha tenido un protagonismo el progresivo uso de dispositivos de liberación de nicotina y productos como el snus. El riesgo cero no existe, pero al eliminar la combustión del tabaco, que es el verdadero peligro para la salud, se consigue disminuir, en gran medida, el riesgo.

Para José Abellán, médico experto en hipertensión y riesgo cardiovascular de la Universidad Católica de Murcia, “el tabaco convencional combustiona a 800º C, mientras que las alternativas reducen claramente el riesgo cancerígeno”. Por su parte, Josep María Ramon, catedrático de la UAB y médico del hospital de Bellvitge de Barcelona afirma que “es esencial diferenciar los riesgos de la nicotina y los asociados a la combustión. La primera, en sí misma, no causa cáncer, pero el humo del tabaco tradicional sí lo hace”.

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