noviembre 23, 2024

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Reclamación de Vuelos y su servicio para reclamar ante las aerolíneas

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Las vacaciones de Semana Santa son un periodo de alto volumen de desplazamientos a los principales destinos turísticos del mundo. España suele destacar dentro de Europa por su buen tiempo y gastronomía, siendo un destino muy solicitado para los viajeros europeos.

Sin embargo, es común que en determinados días se concentren un alto volumen de desplazamientos y, en ocasiones, pueda generar incidencias en los itinerarios de los turistas. Por desgracia, es algo común, pero hay algunas claves para que el viaje salga perfecto.

Alto volumen de desplazamientos según Aena

Según los últimos datos de Aena, la cantidad de pasajeros anuales en 2022 ya llegó a niveles muy parecidos a los previos a la pandemia. Este año 2023 todavía no se ha superado, pero es posible que sí lo haga teniendo en cuenta la ocupación hotelera esperada.

En los dos primeros meses de 2020 (justo antes del confinamiento) se registraron 33.886.695 pasajeros en España, frente a los 33.552.280 de este 2023. Son cifras muy parecidas que indican que se acerca a la recuperación del tráfico aéreo y el turismo en España. Estos datos son muy superiores a los del año pasado, con 22.311.183 viajeros contabilizados en ese mismo periodo del año anterior.

Además, hay informes muy favorables sobre ocupación Hostelera, lo cual es un buen indicativo sobre lo que se espera en cuanto a hoteles y consumo hostelero. Según los últimos datos de Hosteltur, la ocupación hotelera para este periodo se sitúa ya en el 70%, a la espera de las reservas de última hora.

Con todo esto, parecen previsiones de unas buenas vacaciones de Semana Santa, pero, como todos saben, es posible que junto con estos altos volúmenes de desplazamientos ocurran incidencias que afecten a los viajeros.

Incidencias en Semana Santa 2022

Durante estas mismas fechas se dieron una variedad de incidencias que provocaron retrasos, cancelaciones, overbooking y problemas con los equipajes, la pregunta es ¿Pueden volver a pasar?

El año pasado ocurrieron fallos informáticos por un alto volumen de visitas a las webs de las aerolíneas, lo cual impedía hacer los check in y cancelaba reservas. Hubo huelgas de personal de aerolíneas, lo cual provocó retrasos y cancelaciones. También se notó el escaso personal de seguridad en los controles, creado enormes colas y provocando que muchos viajeros perdieran sus vuelos, e incluso que el personal encargado de gestionar las maletas fue insuficiente para tantísimos desplazamientos, provocando que los equipajes no llegaran a su destino, amontonándolos y perdiendo maletas.

Por desgracia, no siempre se pueden evitar estas incidencias, ya que escapan del control, pero sí vuelven a ocurrir es recomendable saber que existen una serie de derechos que protegen a los pasajeros.

Derechos de los pasajeros ante incidencias de aerolíneas

El pasajero tendrá derecho a indemnizaciones en función de la incidencia. Por un lado, se encuentran los retrasos, cancelaciones, adelantos, overbooking y denegaciones de embarque. Por otro lado, las pérdidas de equipaje.

En cuanto a las primeras incidencias, los derechos del pasajero vienen definidos por el Reglamento Europeo 261/2004, en el cual se fijan una serie de indemnizaciones. Para retrasos, cancelaciones, overbooking o denegaciones de embarque notificadas con menos de 14 días antes del vuelo, y con un efecto de llegada a destino de 3 horas o más se fija una indemnización según la distancia a destino: menos de 1.500 km entre aeropuertos son 250 €/pasajero; entre 1.500 km y 3.500 km son 400 €/pasajero y más de 3.500 km son 600 €/pasajero.

Además, la aerolínea deberá proporcionar una forma de llegar a destino, y en caso de no hacerlo deberá reembolsar el importe del billete o bien abonar el importe del billete más caro si ha tenido que comprar otro para llegar a destino. Por otro lado, la aerolínea debe de cubrir los gastos ocasionados por la incidencia, como desplazamientos, comidas, hoteles, y lo no disfrutado en destino (hoteles perdidos, alquileres, experiencias, etc.).

En el caso de los equipajes es el Convenio de Montreal internacional lo que establece la indemnización. Es muy importante rellenar un documento PIR válido por viajero y equipaje, ya que sin ese documento será imposible reclamar.

Este convenio establece aproximadamente 67,33 €/ día hasta llegar a 1414 €, es decir, 21 días, momento en el que se da por perdido el equipaje y se podrá reclamar el máximo, independientemente de si finalmente aparece o no.

Ejemplo: El caso de tener planificadas unas vacaciones en Copenhague, se han comprado unos billetes a una compañía para volar desde Madrid. Se va al aeropuerto de Madrid con 2 horas de margen para asegurarse coger el avión y cuando queda una hora aparece el anuncio de “Delayed” en el vuelo. Finalmente, el avión sale, pero la fecha planificada de llegada eran las 16:00 y se termina aterrizando a las 19:30. En ese caso, se podría iniciar una reclamación por el retraso a la compañía.

En caso de que sea una cancelación de vuelo, se podría resolver solicitando una indemnización de 400 € por pasajero, y además, si se ha tenido que comprar otro billete para viajar se solicitará el importe mayor de los dos billetes pagados. Si finalmente no se viaja se solicitarían, además, los gastos no disfrutados en destino, como hoteles u alquileres.

Cómo interponer una reclamación a una aerolínea

Este tipo de reclamaciones se pueden intentar de manera particular, sin embargo, la mayoría no llegan a resolverse, ya que las aerolíneas ponen excusas, alargan los plazos y obligan a la realización de trámites que terminan por desalentar a las personas afectadas y no continuar con la reclamación.

Por eso, existen servicios de empresas como Reclamación de Vuelos, quienes, sin adelantos, hacen la reclamación, llegando normalmente a la vía judicial sin que el afectado deba de preocuparse por nada, y cobrando una fracción de la indemnización solo si se consigue.

Este tipo de servicios legales se ha vuelto muy común en los últimos años, facilitando a los consumidores poder reclamar por pequeñas cantidades sin que les suponga un costo mayor que la cantidad que se puede conseguir, de manera que se anima a las personas afectadas a llevar a cabo las reclamaciones.