El papel de las familias ganaderas en la alimentación ecológica
3 min readEn el corazón del paisaje rural, donde la naturaleza se mezcla con la tradición, existen en España familias ganaderas que apuestan claramente por una alimentación saludable. Frente a las explotaciones industriales hoy resisten varias empresas familiares que anteponen la calidad y el sabor a la búsqueda de la máxima rentabilidad. Granjas San Antonio es un ejemplo.
Un refugio para la ganadería ecológica y la alimentación consciente.
Granjas San Antonio es una empresa ganadera especializada en la cría de cerdos ecológicos. La empresa está dirigida por los hermanos García Tejero, Segundo y Paco, que aprendieron de sus padres un arte milenario. En la actualidad, Granjas San Antonio se ha convertido en un referente mundial en la producción alimentaria sostenible y respetuosa con el medio ambiente, y en un símbolo de dedicación y compromiso.
Una historia de tradición y pasión ganadera
La historia de Granjas San Antonio comienza hace más de cincuenta años cuando Francisco García y su mujer, Marina, deciden crear una granja de cerdos en su pueblo, Pajares de Adaja (Ávila). La granja no solo iba a alimentar a su familia, sino también a la comunidad local. Con el tiempo, sus dos hijos, Segundo y Paco, aprendieron las técnicas milenarias de la cría de cerdos, aportando innovaciones y nuevas prácticas, pero siempre manteniendo el espíritu de respeto hacia los animales y la naturaleza.
“Para nosotros, ser ganaderos no es solo una profesión, es una forma de vida. Hemos crecido rodeados de animales y naturaleza, y eso nos ha inculcado un profundo respeto por el medio ambiente y por la importancia de una alimentación saludable” afirma Segundo García Tejero.
Ganadería ecológica: un compromiso con el futuro
Granjas San Antonio se distingue por su firme compromiso con la ganadería ecológica. En sus instalaciones los animales son criados en condiciones que respetan su bienestar natural, con acceso libre a pastos y una alimentación libre de químicos y hormonas. Esta práctica no solo garantiza una carne de la máxima calidad, sino que también protege la biodiversidad y la salud del suelo.
“Creemos que la forma en que criamos a nuestros cerdos influye directamente en la calidad de los productos que ofrecemos” explica Segundo. “Utilizamos métodos sostenibles que minimizan el impacto ambiental y promueven la regeneración natural de nuestros pastos. Además, nuestro manejo integrado de plagas y el uso de fertilizantes orgánicos aseguran que nuestras carnes y embutidos sean 100% ecológicos“.
Alimentación consciente: un movimiento global
Más allá de las técnicas de la ganadería tradicional, la familia García Tejero está profundamente comprometida con la promoción de una alimentación consciente. Este concepto, que va ganando adeptos en todo el mundo, aboga por una mayor conexión y conciencia sobre los alimentos que consumimos, su origen y su impacto en nuestra salud y el planeta.
Granjas San Antonio participa activamente en eventos, donde se resalta la importancia de una alimentación ecológica. “Queremos que las personas comprendan de dónde vienen los alimentos que consumen y las prácticas que hay detrás de ellos. Es crucial que como consumidores hagamos elecciones informadas y responsables” señala Paco.
Un futuro prometedor
Los hermanos García Tejero miran hacia el futuro con optimismo y determinación. Están explorando nuevas formas de expandir sus prácticas ecológicas y llegar a más consumidores conscientes. “Nuestro objetivo es ser un modelo de ganadería sostenible y demostrar que es posible producir una carne ecológica de alta calidad sin comprometer el medio ambiente” afirma Segundo.
Granjas San Antonio no es solo una granja, es un testimonio viviente de que la tradición y la innovación pueden coexistir armoniosamente. A través de su compromiso con la ganadería ecológica y la alimentación consciente, la familia García Tejero está sembrando las semillas de un futuro más saludable y sostenible para todos.
En un mundo cada vez más desconectado de sus raíces agrícolas, Granjas San Antonio recuerda la importancia de volver a conectarse con la tierra y valorar los procesos que permiten disfrutar de alimentos sanos y nutritivos. Sin duda, un ejemplo a seguir en el camino hacia una vida más consciente y equilibrada.