El impacto del uso inadecuado de redes sociales en la salud mental, según Anna Gil Psicología
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El uso extendido de plataformas digitales como TikTok, Instagram o YouTube ha transformado la forma de relacionarse, informarse y ocupar el tiempo libre, especialmente entre los más jóvenes. Esta transformación ha traído consigo un notable incremento de problemas psicológicos, asociados en gran medida a la exposición constante a estímulos inmediatos, comparaciones sociales irreales de vidas perfectas y una hiperconectividad que afecta el bienestar emocional.
TikTok, la red con mayor impacto adictivo en la salud mental
Diversos estudios alertan sobre los efectos de estas dinámicas en la salud mental. Según datos publicados por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) de España, uno de cada tres adolescentes podría desarrollar adicción a las redes sociales. Este fenómeno no solo interfiere con el descanso, el rendimiento académico o el estado de ánimo, sino que puede derivar en síntomas similares a los de un síndrome de abstinencia ante la desconexión.
A su vez, un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Durham, Inglaterra, sugiere que los síntomas vinculados al uso excesivo de estas plataformas incluyen irritabilidad, impulsividad, ansiedad, depresión, búsqueda de validación externa, problemas de identidad y alteraciones del sueño. Dentro de este panorama, TikTok ha sido señalada como la red más adictiva, debido a su sistema de scroll infinito con contenido breve, altamente personalizado y de consumo inmediato, que activa mecanismos cerebrales similares a los de una adicción relacionados con la recompensa de forma más intensa y frecuente que otras plataformas.
Por otro lado, también puede tener un impacto negativo en las relaciones de pareja, debido a que el uso excesivo del teléfono puede llevar a discusiones por la falta de tiempo compartido, escasez de atención, desinterés, interacciones con ciertos contenidos que pueden generar desconfianza, flirteos enmascarados, influencia de consejos de relaciones poco saludables, etc. Por ese motivo las redes se deben usar con control, fomentando siempre el respeto y el tiempo de calidad de la pareja.
Estrategias para reducir el uso compulsivo de redes sociales
Romper con los patrones de uso compulsivo requiere una intervención progresiva y sostenida en el tiempo. Entre las medidas recomendables se encuentra desactivar las notificaciones automáticas, establecer horarios limitados de uso y reemplazar momentos de ocio digital con actividades alternativas como la lectura o el ejercicio físico.
La eliminación de aplicaciones durante ciertos periodos, el uso de herramientas de control del tiempo en pantalla o el rediseño del entorno digital para disminuir los estímulos también pueden facilitar el proceso de deshabituación. Resulta igualmente útil identificar las emociones que impulsan el uso excesivo —como el aburrimiento, la inseguridad o la necesidad de validación externa— y trabajar en su gestión desde una perspectiva psicológica.
En un contexto donde los problemas psicológicos derivados del uso desregulado de redes sociales afectan cada vez a más personas, Anna Gil Psicología destaca la importancia de una intervención consciente y personalizada que favorezca una relación más saludable con el entorno digital.