Cómo mejorar comportamientos y relaciones con un enfoque de la neurociencia afectiva
2 min readCuando hay conflictos individuales y grupales, se provocan alteraciones en las propiedades químicas, físicas y biológicas de las personas, lo que puede generar distintos circuitos neuronales de patología o normalidad. En consecuencia, es fundamental entender cómo opera la inteligencia afectiva de cada persona para comprender el funcionamiento de las emociones básicas ante la resolución de conflictos.
Para ello, una rama de la neurociencia que estudia la gestión emocional del cerebro es la neurociencia afectiva. En este sentido, el Máster en Inteligencia Emocional, Multidisciplinar y Sistémico del Instituto Psicobiológico, pone foco en la neurociencia afectiva para lograr una gestión inteligente de las reacciones ante distintas situaciones.
¿Qué es la neurociencia afectiva?
Las respuestas o reacciones emocionales cuentan con componentes conductuales, automáticos y hormonales. Por lo tanto, es importante considerar los factores neuropsicológicos individuales, así como los contextuales, para comprender cómo se actúa frente a los conflictos. De esta forma, aparece la neurociencia afectiva como una forma de estudiar los procesos emocionales que se desarrollan en el cerebro mediante técnicas, como resonancias magnéticas funcionales o electroencefalografía, además de modelos que grafican la actividad en las distintas zonas del cerebro.
Acuñado por el psicólogo estonio Jaak Panksepp, el término neurociencia afectiva hace referencia al estudio de los mecanismos neurales de los procesos afectivos y las emociones, las cuales se encuentran reguladas por el sistema nervioso autónomo y son dirigidas por 7 sistemas motivacionales. Así, esta ciencia multidisciplinar permite explicar cómo la emoción puede modificar los procesos neuronales, además de entender cómo controlar adecuadamente las emociones. En este aspecto, un proceso estudiado por la neurociencia afectiva es la inteligencia afectiva o emocional, la cual es entendida como la capacidad de las personas para reconocer, canalizar y expresar sus emociones.
¿Cómo gestionar inteligentemente las emociones para mejorar las reacciones?
Comprender y gestionar las relaciones de manera adecuada requiere un desarrollo de la inteligencia emocional que permita tomar las decisiones correctas según el momento. De esta manera, las personas podrán reconocer las emociones que originan determinados comportamientos vinculándose de buena manera con el entorno.
En consecuencia, para gestionar de forma inteligente las emociones, es necesario percibirlas, utilizarlas y generarlas para comunicar sentimientos, además de comprenderlas a nivel intrapersonal e interpersonal para atribuirle un significado a cada acción y comportamiento. Así, será posible regular reflexivamente las emociones, dándoles una dimensión psicológica madura y adaptativa que permita vincularlas con la razón para tomar decisiones.
Por ello, el Máster en Inteligencia Emocional, Multidisciplinar y Sistémica del Instituto Psicobiológico dictado por prestigiosos catedráticos y doctores, proporciona herramientas prácticas y estrategias que ayudan a gestionar adecuadamente las emociones, con una madurez psicológica que impactará de forma positiva en diferentes ámbitos de la vida.