noviembre 23, 2024

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Conocer los perfiles emocionales del cerebro ayuda a ser un líder único

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En cualquier empresa, la figura de liderazgo no solo se elige por su coeficiente intelectual, sino también por la manera en que gestiona emocionalmente determinadas situaciones. Es ahí donde entran los perfiles emocionales cerebrales, que se entienden como una forma de responder a las experiencias que vive la persona.

The Wellbeing Planet es una fundación, sin ánimo de lucro, que tiene como principal objetivo contribuir al bienestar global del planeta utilizando la neurociencia afectiva y social, incrementando el liderazgo, potenciando el equilibrio y acrecentando la vitalidad para el éxito duradero.

¿Qué es un perfil emocional?

La teoría del perfil emocional fue propuesta por el profesor Richard J. Davidson. De acuerdo con el autor, este perfil se refiere a la manera en que el ser humano responde a las experiencias de la vida de manera consecuente, influyendo en la posibilidad de experimentar ciertos rasgos y estados emocionales y de ánimo.

El perfil emocional cerebral está compuesto por seis dimensiones fundamentadas en un patrón particular de actividad cerebral, pero que pueden ser modificadas gracias a la plasticidad del cerebro, es decir, a la capacidad que tiene este órgano de cambiar su estructura y los patrones de actividad durante el transcurso de la vida.

Si bien las personas tienen aspectos de cada una de las dimensiones, el autor de esta teoría afirma que pueden considerarse como ingredientes que conforman el carácter emocional de cada ser humano. Esto quiere decir que el ser emocional que es cada persona es el resultado de una combinación diferente de las seis dimensiones, dando como resultado un sinfín de perfiles emocionales.

¿Cuáles son las seis dimensiones del perfil emocional cerebral?

De acuerdo a Davidson, la primera dimensión del perfil emocional es la resistencia, que hace referencia a la habilidad que tiene la persona para recuperarse frente a situaciones o hechos difíciles, y de deshacerse de las emociones producidas por dichos acontecimientos.

La segunda dimensión es la actitud, la cual refiere al ánimo con el que la persona se enfrenta habitualmente a la realidad, ya sea de manera optimista o negativa. La tercera dimensión habla sobre la intuición social, es decir, la empatía, la capacidad de leer en los demás ciertas señales del lenguaje no verbal que dicen, en ocasiones, mucho más que las palabras.

La autoconsciencia es la cuarta dimensión, que se refiere a la capacidad del ser humano para percibir y comprender sus propios sentimientos y emociones. La quinta dimensión es la sensibilidad al contexto, el cómo se reacciona ante ciertos entornos, lo que va a depender a su vez de la persona con la que se interactúa o el lugar donde se encuentra. La última dimensión es la atención, es decir, la capacidad que tiene una persona de deshacerse de las distracciones emocionales y enfocarse en una determinada tarea.

A un líder, el conocer cuál es su dimensión emocional cerebral le permitirá trabajar en sus habilidades y aprovechar su perfil emocional para un mejor desempeño como figura de mando y un óptimo trabajo en equipo.